El colecho después de los 3 años

 

Alguna vez, en nuestra cuenta de Instagram me habéis preguntado sobre cuestiones del dormitorio, en este artículo os contaré mi experiencia con el colecho y cómo nos hemos organizado.

Desde que tuvimos a nuestros primeros gemelos creímos que el colecho era una forma de crianza muy acorde a nuestra filosofía, y es por ello que con todos nuestros hijos lo hemos llevado a cabo. Actualmente, nuestro hijo más pequeño tiene 3 años y aunque ya tiene su cama propia preparada sigue durmiendo con nosotros hasta que decida por su cuenta quedarse definitivamente en su habitación. Ya hace algún tiempo os hablé en este post sobre el colecho, en aquel momento mi peque tenía 5 meses y usábamos una cuna de colecho anclada a la cama.

Para nosotros, hacer colecho con nuestros 5 peques, ha sido una experiencia única y que recomiendo a todo el mundo. En nuestro caso comenzamos a realizar el colecho desde recién nacidos hasta que poco a poco los niños han hecho el paso definitivo a su habitación. Esta transición siempre ha sido progresiva sin traumas sin noches en vela y partiendo siempre desde el respeto y la decisión del propio niño.  Se que este es un tema controvertido y no todo el mundo lo contempla como una opción, por ello, simplemente os cuento mi punto de vista y nuestra experiencia

Colechar después de los 3 años de edad

Mucha gente inicia el colecho y solo lo lleva a cabo durante los primeros meses hasta que por cualquier razón dejan de hacerlo y ponen a dormir a su hijo en su propia habitación. Este cambio para nosotros es fundamental que se realice de forma progresiva y sin obligar al niño a irse a su habitación y es así como lo hemos hecho siempre con todos. Existen además muchos prejuicios en este sentido, sobre todo cuando un niño comienza a crecer y sigue durmiendo con sus padres, a nosotros no nos avergüenza decir que algunos de nuestros hijos han estado durmiendo con nosotros hasta los 8 años, aunque sí es cierto que la mayoría de ellos han hecho la transición mucho antes.

Parece que los tres años es aquel momento en el que los niños crecen de golpe y claro, ya «no deben» dormir con los papás, ya «no deben» llevar pañal, ya «deben» ir al cole sin llorar, ya «deben» vestirse solos y una lista interminable de cosas que «deben» hacer solo por edad, porque ya tienen 3 años y ya no son lo que se considera «bebés»… pero lo cierto es que siguen siendo niños, cada uno con una maduración y necesidades distintas y la edad no es algo que debe marcar todos estos «hitos» si no su propia evolución individual.

Como podréis ver en el post que os comentaba, cuando nació el peque lo hicimos con una cuna colecho que hemos disfrutado muchísimo y que nos ha dado la seguridad que necesitábamos en los primeros años de vida. La hemos estado usando hasta los dos años y medio pasados aproximadamente en los que el peque ya era muy grande para estar dentro de la cuna y además él mismo se iba desplazando hasta estar en nuestra cama.

Justo fue el momento en el que nos mudamos de casa, la habitación era más pequeña y la cuna no cabía, así que aprovechamos el cambio y dejamos la cuna sin montar. Al principio pensábamos que el peque podría echarla de menos pero lo cierto es que con todos los cambios de la mudanza ni siquiera preguntó por ella.

El colchón en el que habíamos estado durmiendo hasta ahora tenía ya muchos años, así que puestos a dormir todos en la misma cama, decidimos cambiar el colchón por uno mejor que pudiese adaptarse al peso y la forma de cada uno.

Un colchón para hacer colecho

Lo cierto es que no existe ningún colchón que sea específico para hacer colecho pero para nosotros era importante encontrar un colchón que respetase la diferencia de tamaño de cada uno de nosotros y que nos permitiese dormir en una posición saludable.

Estuvimos mirando diferentes colchones y finalmente nos decidimos por el colchón Emma Original con la combinación de tres espumas de alta densidad (Airgocell, viscoelástica y HRX) que ofrece una gran adaptabilidad, pudiendo dormir todos juntos sin que el colchón se hunda donde tiene más peso y proporcionándonos una superficie independiente de descanso a todos. Desde Emma Colchón nos han ofrecido un código descuento especial para nuestros lectores de un 5% adicional a los descuentos que ya tienen en la web así que si estáis buscando un colchón es una buena oportunidad, el código es: MONTESSORI

El colchón viene con una funda termorreguladora, transpirable y antideslizante que evita la sudoración nocturna y que tiene un tacto suavísimo. Otro detalle que me parece muy útil y que nuestro anterior colchón no tenía es que lleva unas asas en los laterales que van genial por si se tiene que levantar o desplazar el colchón.

Algunos consejos para hacer colecho

Protector de colchón

El peque acaba de dejar el pañal pero no estamos libres de algún escape fortuito, así que usar un protector de colchón impermeable cuando hacemos colecho es indispensable. Puede que al oír la palabra protector impermeable te venga a la cabeza esos protectores con plástico detrás que no son nada transpirables y que además hacen ruido al moverte pero hoy en día se pueden conseguir protectores para camas grandes muy confortables y nada plasticosos. Nosotros usamos el protector de Emma Colchón que es increíblemente suave y con unas gomas que resultan muy cómodas de poner.

Dos almohadas en lugar de una grande

Otro detalle importantísimo a la hora de tener un buen descanso son las almohadas, Hay gente que prefiere una sola almohada grande, pero nosotros, después de nuestra experiencia pensamos que es mejor tener almohadas independientes ya que esto da una mayor versatilidad. No solo evita la «lucha por la almohada» sino que además permite que nuestro peque, que prefiere dormir sin almohada lo tenga mucho más fácil.

De este modo podemos dejar un espacio libre sin almohadas. Cuando la acepte pondremos una almohada bajita para él.

Ropa de cama

Cuando dormimos con los peques es importante que usemos ropa de cama de calidad fabricada en algodón 100%, así evitaremos alergias y aportaremos un extra de confortabilidad.  Una de nuestras marcas favoritas en ropa de cama es la de Sokios, tienen una calidad increíble a buen precio.

Un «truqui» que hemos adoptado al colechar con nuestros peques es usar una talla de ropa de cama más grande al tamaño de la cama, ya que al haber una personita más en la cama es necesario para que nada que quede desarropado. A nosotros nos gusta mucho usar un relleno nórdico con funda, esta que os enseño en la foto es el modelo arena de la colección de fundas nórdicas en algodón percal. 

Aunque hay mucha gente que prefiere utilizar solo la funda nórdica a nosotros nos gusta sentir el tacto de las sábanas y es por ello que también utilizamos sábanas de algodón en este caso las sábanas con el ribete negro con algodón percal de 200 hilos que son las que más me recuerdan a las sábanas que utilizaba mi madre para arroparme cuando era pequeña.

Decoración en colores neutros

Ya sabéis que soy una fanática de la decoración y siempre me gusta pensar en cada detalle del ambiente preparado, así que si vamos a dormir con nuestros peques y estamos eligiendo la decoración de la habitación mi consejo es elegir colores claros para las paredes y materiales naturales para los accesorios decorativos.

Nuestra habitación es muy pequeña y no hay espacio para mucha decoración. El cabezal de la cama es de Wasabi Project, una empresa emprendedora con un proyecto muy original, cabeceros impresos en madera que podemos personalizar a nuestro gusto.

El nuestro es el cabecero con cenefa de lunares que hemos personalizado en color marrón en lugar del negro. Los espejos siempre son una solución ideal para los espacios pequeños, así que pusimos el espejo Mykonos en macramé de Wasabi Project, que creo que le da un aspecto muy natural.

Fomentar la lectura en la cama

Aunque no sea una habitación infantil, hemos encontrado un pequeño rinconcito para los cuentos, así el niño en cualquier momento puede coger un libro y ponerse a «leer», o elegirse su cuento favorito para que le contamos antes de dormir. Hemos colgado la estantería de libros de Woodenland enfrente de la cama, esta estanteria es bastante estrecha pero permite tener una selección del libros y cuentos con las portadas a la vista lo que supone un atractivo para el niño.

Luz de noche

Tener una luz de noche muy tenue en una habitación donde duermen los niños es imprescindible por varios motivos, en primer lugar los niños tienen más confianza a no verse de repente en plena oscuridad y en segundo lugar si hay que levantarse por un imprevisto tenemos cierta luz que nos permite ver algo sin tener que despertar a nadie encendiendo otras luces. Es por eso que en nuestra casa tenemos varias luces de noche, una de las que más les gusta es un proyector de estrellas en forma de conejito que proyecta sobre el techo estrellitas de colores.

Canapé

En nuestro proceso de mudanza no solamente aprovechamos para cambiar el colchón sino también la base del mismo por un canapé. Anteriormente ya habíamos tenido otro canapé, ya que con tantos peques por casa se hace necesario un almacenamiento extra. Nuestro antiguo canapé nos dio varios problemas pero también la experiencia de no volver a cometer los mismos errores. Uno de ellos fue tener un canapé con esquinas rectas que provocaron más de un moratón. Esta vez utilizamos un canapé de Emma Colchón con las esquinas redondeadas y con un gran espacio de almacenamiento.

El paso a su dormitorio

Puede que después de todo estés pensando… ¿y hasta cuando hacer colecho? ¿Cuándo hacer el paso a su habitación? Pues bien, nosotros tenemos claro que no vamos a «pasarlo a su habitación», sino que es algo que tendrá que salir de él mismo cuando se sienta preparado. No tenemos ninguna prisa de que esto suceda ni de que sea a los o a los 5 años. En cualquier caso, el niño tiene su habitación lista y preparada, es una habitación compartida con sus hermanos a la que puede ir cuando quiera.

Desde nuestra posición como padres, vamos propiciando que el niño haga allí alguna siesta por el día que le ayuda a acostumbrarse a lo que será su habitación con la ventaja añadida de tener el apoyo de sus hermanos, pero la decisión final de hacer sus primeras noches allí es suya.  Así es como lo hicimos con nuestros otros hijos, y llegó el momento en el que por ellos mismos surgió ir a dormir a su habitación, es un momento que suele llegar… antes de los 18 años! 😉

Por el momento seguiremos disfrutando de dormir juntitos, y lo mejor es que sabemos que nos acostamos 3, pero no sabemos cuántos despertaremos.

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2 comentarios. Dejar nuevo

  • Me encantó tu post, me siento muy identificada contigo. Tu recámara se parece mucho a la mía la cual me hace sentir tan tranquila y cómoda. Gracias por compartir 😊

    Responder
  • Gracias por compartir tu experiencia me llena el corazoncito… tengo mi bebé de 7 meses y hacer colecho con él es maravilloso. Mi hija tiene 15 durmió conmigo hasta los 6…

    Responder

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